domingo, 14 de febrero de 2010

Monólogo 2. El amor grita "¡San valentín se vence!"


Déjenme presentarme. Esta noche soy nada más y nada menos que el Kamikaze de una utopía egoísta que sabe a un elixir con sabor a frenesí de ironías. Mi nombre, por más común que ahora les suene es Amor, y por favor, no esperen de mí algún tipo de magia este día, soy mucho más que el protagonista de historias con finales felices y más que la invención de un Dios para acercarse a ustedes, los hombres. A veces suelo ser un sentimiento pero ultimamente no soy nada, me he vuelto más común que un resfriado en invierno y todos olvidan que puedo ser un propósito y hasta el mismo destino.

En días como éste las personas esperan que hable con metáforas sentimentalistas, pero nada de eso es lo que soy yo. Déjenselo al insomnio de los poetas tras unas cuantas copas de dolor.

¿De verdad, los hombres necesitan un día para recordar que me olvidan en los otros 364 días del año? , es absurda esa manera robótica de sentir del hombre, pareciera que jugaran al escondite, donde se esconden para no ser encontrados. Permítanme decirles algo del San Valentín, en ese día yo estoy de vacaciones…Hay tantas cosas haciendo el trabajo por mi, que nadie nota mi ausencia. Y no me malinterpreten me apasiona lo que soy, soy un humanista y creo que eso es lo vital de mi vocación.

Algunos dicen que me venzo al pasar el tiempo, pero es sólo culpa del olvido que me ha declarado la guerra. No soy para nada inmortal, de hecho, yo nazco y muero con cada hombre, pero es difícil mantenerme de pie cuando dos personas se tambalean. Es fácil echarme la culpa y cambiarme el nombre con la preposición “Des” pero son ustedes lo que salen reprobados en mi asignatura sin ningún propósito de evaluación. Lo único que caduca en la vida, es este día que a las doce deja de ser un carruaje de besos apasionados y vuelve a ser una calabaza de 24 horas.

Y dejen de buscarme o preguntarse que soy en realidad. Tengo tantas caras…A veces soy algo que te hace sentir vivo y al mismo tiempo muerto. Soy el código impredecible que usa el corazón cuando la sangre no es suficiente. Una melodía clásica, soy lágrimas fugitivas que nunca regresan, soy felicidad evaporada y a la vez pasión y odio, soy libertad, volar y jamás caer, soy encontrar, soy perderse. Puedo ser el otoño, la primavera, el verano y el invierno. Siempre con la relatividad de la mano. Soy la vida después de que morimos, soy un tiempo sin minutos ni segundos, un primer y último beso, un principio y un final.

Lo soy todo y lo tengo todo cuando los tengo a ustedes, pero no soy feliz. Yo hago que las personas se enamoren, pero, ¿Quién me ama a mí? Estoy sólo en este cuento de hadas y a nadie parece importarle, pero olvídenlo, yo sólo soy un romántico que se enamoró de la soledad.

Y sin más que decir me despido de ustedes, mis eternos acompañantes, esperando que así como hoy, me escuchen cuando ni con lágrimas me puedo expresar. Por favor no me busquen para perderme ni me olviden para luego extrañarme. Y deseo que entre nosotros haya un mañana y no sólo un hoy para recordar.

Atte: el amor.

Escrito por Rosaura Rojas Diaz

14/02/2010.

"Utopías realizadas"

1 comentario:

  1. me gusto mucho de verdad, excelente! solo eso dire.. y soundtrack de fondo imaginate

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