jueves, 20 de agosto de 2009

C-I-R-C-O


Pieles que danzan al compás de una melodía adyacente a una cuerda flotante que todo lo sostiene. L a atracción es dejar caerse.

Sumidos en la víspera de una innovación infortunada que se ha robado al aliento para escapar del alma. La atracción es callar.

Todos le ríen al vacío en un eco impertinente que no responde mientras cientos de retinas absorben luces de neón de un espectáculo en blanco y negro. La atracción es fingir.

Tigres, elefantes y cebras se hipnotizan de amor a la libertad y arlequines del hades reman por el estigio buscando algún ángel caído. La atracción es ofrecerse.

Un contorsionista dispersa el tiempo distrayendo a las estaciones de hurtarle al público el aplauso tan esperado. Hojas secas, hielo, rosas y mar juegan entre malabares repartiéndose el mundo. La atracción es olvidar.

Unicornios en un trapecio se mesen hacia la gloría, soñando con volar cuando el suelo es su realidad. La atracción es llorar.

Todos usan antifaz ante rostros abandonados, La soledad es la estrella de un circo ignorado. Todos asisten, nadie se va, el teatro es dueño de marionetas cobardes. El show debe continuar.

Hecho por:

Rosaura Rojas Diaz
20/08/09

martes, 18 de agosto de 2009

Percepción de un sentimiento que nada es.


El tiempo ha ordenado a la historia que busque un sentimiento mortífero entre almas que bailan al compás de un tango al azar, un tango perdido.

Criaturas ciegas se observan solo en la oscuridad de sus más intimas soledades, algo familiar, aromas y texturas que les pertenecerían antes.

El sentimiento habla el idioma del silencio que en ondas juega con latidos. Muchos te hacen sentir muerto, uno te hace sentir odio.

Bipolaridades corporales sustituyen la calma del mar por inundaciones visuales, ¡QUE TRISTEZA! ¡QUE FELICIDAD!, Se siente al unir dos sabores mentales, letales como el veneno para la sangre y como un vino para una virgen.

La eternidad se arropa en camas acalorando el deseo y fortaleciendo esperanzas. Esto es innovador, es el catalizador de la vida.

Infinitas memorias recuerdan en vano, mientras lápices y papeles juegan a escribir poemas abnegados a él. Sin embargo no se conoce un tiempo que sepa medirlo ni un rostro que detalle su existencia.

Cien pasos firmes perdidos en dos tropiezos. La fe lo busca pero no quiere ser encontrado por ningún hombre.

Los que lo idealizan son los que creen sentirlo… y Yo, consiente del elixir de su utopía no pienso buscarlo mas.


Escrito por:

Rosaura Rojas Diaz
16/08/09