Barrotes metálicos, aislantes de mundos, se ríen melancólicamente de mi incierto presente mientras dedico mi vida a escribir las memorias de alguien que solía ser.
Soy el planeador casual de un crimen imperfecto, dictado por el albedrío del gatillo de mi pistola aquella noche infiel entre almas. Es difícil recordar a alguien que ya no existe, para mi es excitantemente fácil recordar la noche en que la bastarda murió desangrada.
Por este tiempo que no sé si son años o vidas, mi inspiración fue y seguirá siendo el veneno de la venganza, ese rencor se convirtió en mi Dios en este infierno donde la victima fue el único órgano cardiaco que le daba cordura a mis sentidos, ahora se que no fue un vació lo que me dejó, sino libertad, dentro de esta celda inmortal. Me divierte que este hogar me desquicie y acabe conmigo consumiendo cada poro de mi espíritu en un Estigio donde el tiempo no existe, mucho menos los números ni el perdón. Y allá fuera en la irrealidad la vida sigue rotando.
No mentiré y les diré que estoy arrepentido en este último juicio, que ustedes, unos extraños, me obligan a presenciar. Soy una simple marioneta de la muerte, un niño que no sabe perder, soy EL INOCENTE.
Escrito por: Rosaura Rojas Díaz
08/07/09
En realidad en este mundo ninguno es un inocente querida mia. Todos tenemos una culpa que cargar, pero la forma en como la llevemos es lo que nos hace diferentes a los demas. Sigue escribiendo asi rossie no te calles nunca.
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